jueves, 11 de febrero de 2010

¿Muerte ó viaje de rutina?


“Me pregunté enseguida qué significaban las cámaras de video, las fotos,
y ese grupo de personas con ropas tradicionales muy parecidas en la puerta de la morgue. Pensé que se trataba de una actividad gubernamental, pero pronto me comentaron que eso allí lo vería muy a menudo, era un funeral ”_ así me cuenta sobre su primer día de trabajo en Ghana, Maritza, la patóloga.

Maritza prefiere no escribir cartas. Conversa todo el tiempo con Carlos Manuel. ¨Ya es casi un jovencito y aunque me extraña, está orgulloso de que su mamá cumpla con una misión tan importante. Ayudar a todo el que lo necesite para mí es un imperativo, una práctica en mi vida".

La apariencia de la doctora es muy jovial. Su locuacidad contagia y sus pies, no se resisten a ritmo alguno, si es cubano _mucho mejor. Ante las nostalgias que impone la distancia, ella levanta como escudo su natural alegría guantanamera.

Especialista en primer grado en Anatomía Patológica del Hospital General Docente Aqhostino Neto en Guantánamo y con diez años de experiencia, Maritza Lobaina Castillo es la única mujer del grupo de tres patólogos cubanos que han revolucionado ese servicio en Ghana.

Según me contó esta doctora y confirmaron varios ministros regionales de salud en ese país, el aporte de ella y de los santiagueros Delfín Chaveco y Adrián Nuñez no sólo ha resultado novedoso sino muy aceptado por los pacientes.

Por ejemplo, “la biopsia por aspiración con aguja fina¨ o BAAF, práctica introducida en el país por los cooperantes, para diagnosticar las enfermedades de mama, frecuentes en Ghana, resulta menos costoso y menos agresivo para el paciente. Con ese método se evita la exposición directa al salón de operaciones, pues muchas veces, la solución está en un tratamiento medicamentoso”.

Así quedó establecida la consulta externa de BAAF apoyada en su integralidad con la mamografía que realiza otro cubano: el profesor radiólogo Jorge Morejón.

Hasta el Hospital Militar 37, donde trabaja Maritza Lobaina en Accra, la capital ghanesa llegan mujeres desde otras regiones del país enviadas por médicos ghaneses y cooperantes cubanos para ser atendidas en la consulta de citología vaginal dedicada especialmente a las que ya practican relaciones sexuales.

“El diagnóstico precoz y la prevención de patologías tan frecuentes y de mal pronóstico como el cáncer cérvico vaginal son resultados incipientes pero ya palpables en las expectativas de vida de la población femenina en Ghana”.

Con cada nueva hoja del almanaque aumentan los compromisos con una población urgida de mayor asistencia especializada. Ahora Maritza va inmersa en una investigación junto a la oftalmóloga capitalina Idelina Fernández.

“Muchos pacientes llegaban aquejados de una picazón en los ojos que no mejoraba con el tratamiento seleccionado. Entonces iniciamos la citología ocular en serie que arrojó como resultado una conjuntivitis causada por hongos. La identificación de su tipología y el cómo combatirlos de manera efectiva es ahora el principal reto”.

De todo ello, Maritza, en silencio, le conversa a su hijo Carlos Manuel. Poco a poco, ella teje un enjundioso diario donde no faltará la referencia, al primer día en la morgue ghanesa.

Viaje de rutina

Aquel olor dulzón y avinagrado de la bebida preparada para la ocasión que se mezclaba con el de los atuendos sacados al aire por la novedad son reticentes en mi memoria. La ceremoniosa llegada de nuestro equipo de trabajo, de pronto, inmerso en una práctica insospechada nada tuvo que ver con lo que allí descubrimos.

El doliente era profesor de la universidad, también iba vestido de largo, con una túnica blanquinegra. Para sorpresa nuestra nos recibió con una amplia sonrisa. "Su madre había muerto pero, la obra de su vida, multiplicada en sus descendientes era para estar orgulloso".

En Ghana se enfrenta el acto de la muerte como una etapa diferente de la vida. Al fallecido se le preparan las condiciones como si fuera a iniciar un largo viaje donde tendrá las mismas necesidades que los vivos. En ese tiempo estará separado de sus seres queridos, quienes deciden adorarlo porque no saben cuándo será el reencuentro.

“Los preparativos tomarán el tiempo preciso para que familiares y amigos puedan acopiar lo suficiente para acompañarle. La familia más cercana se quita una prenda importante para que lo recuerde, le ponen dinero para que compren el agua cuando sientan sed, una toalla para que se seque el sudor, y una lujosa almohada para que el viaje sea confortable”_ me explica Maritza, la patóloga.

“A veces, el funeral devenido una de las celebraciones más importantes de Ghana se puede demorar hasta un año para su realización. Mientras tanto, la familia paga para que esté congelado en la morgue mientras llega el momento. Y será más o menos lujoso de acuerdo con la economía que respalde a los dolientes”.

“Los asistentes al funeral se pondrán sus mejores galas o mandarán a confeccionar el atuendo acertado. Si el muerto es una persona adulta, los colores que presidirán la ceremonia serán el blanco y el negro. Esa persona alcanzó la gloria pues logró cumplir con sus funciones vitales, formar familia, dejar hijos, nietos. Mientras, la tristeza por la muerte de un joven se anuncia con los colores rojo y negro”.


“Cada ritual será a la manera de las diferentes etnias. Pero en todos serán comunes los obsequios a la familia del fallecido, comidas, bebidas y bailes propios de la zona que podrán alcanzar varias y agotadoras jornadas”.

Maritza, la patóloga que con estas vivencias enriquece su investigación en torno a la aceptación o no, de la muerte por los seres humanos, me cuenta que los días preferidos para las celebraciones de funerales son los fines de semana. Por lo general, el viernes se expone al fallecido a la vista de todos. Desde una silla sentado el cadáver preside su ceremonia donde se le dedican palabras ante el gran auditórium. Y ciertamente, sólo hay que recorrer cualquier tramo de la geografía ghanesa durante un fin de semana para comprobarlo.

“La vida social es bien animada durante todos esos días. Luego de inhumar el cadáver continúa la llegada de amigos y familiares y de regalos hasta el domingo en la mañana cuando se le despide también en la iglesia. Después, en la tarde y de nuevo en casa, sigue la peculiar fiesta”.

Otra curiosidad relacionada con la muerte en tierra ghanesa son sus famosos sarcófagos. Como cotorras, vacas, botellas de bebida, aviones, carros, insectos hasta las más inimaginables representaciones de acuerdo con las preferencias del fallecido se pueden lograr en varias carpinterías dedicadas a preservar esa tradición no tan antigua como extendida entre diferentes etnias. Por supuesto, para los que pueden pagar.

De todo ello pude conversar con Maritza Lobaina, la patóloga quien no pierde de vista ningún detalle revelador de la manera de ser del ghanés para contarle a su hijo Carlos Manuel, a quien espera con ansias poder abrazar muy pronto. Mientras tanto teje y reteje la imaginaria carta que le susurra desde lejos, como cuando era pequeño.

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